En los últimos años, y cada vez con
mayor frecuencia, la situación de muchas familias ha empezado a ser insostenible.
Esto no se debe únicamente a la época de crisis por la que atravesamos, aunque
si influye en que cada vez sean más las personas que solicitan ayudas y se
encuentran en una situación muy desfavorable. El problema viene de antes, y la
solución ni se encuentra, ni desgraciadamente se busca. Se cuenta
con determinados equipos, voluntarios y asociaciones que intervienen allí donde
muchos y muchas otras prefieren dirigir la mirada a otro lado y no mirar más
allá de sus propios intereses.
Gracias a estos equipos y estas
personas, se posibilita en muchas ocasiones que muchos niños y niñas tengan
acceso a la escuela y que muchas familias tengan algunos recursos de los que
echar mano para salir hacia delante. No se pretende solucionar la vida de todas
las personas que tengan problemas y necesidades porque hoy por hoy y con los
escasos recursos de los que se disponen, es una tarea imposible. Pero sí se
puede mejorar la calidad de vida de muchas de estas personas y ayudar poco a
poco y en la medida de lo posible a que cada vez sean menos las personas que
viven este tipo de situaciones de exclusión y abandono.
Es importante tener medios para
acceder a un determinado tipo de población, incluso algo tan sencillo como una
tarjeta sanitaria podía suponer un buen salvoconducto para entablar relaciones.
El punto negativo lo encontramos cuando cada vez se restringen y suprimen más
medios para las personas que lo necesitan y están en riesgo de exclusión social
como es el ejemplo de la tarjeta sanitaria.
Creo que desde
el trabajo social podríamos trabajar desde dos puntos distintos: Desde la
Educación Social con intervenciones socioeducativas con familias y tratar de
potenciar temas relacionados con el ámbito socio-laboral. Considerando de
máxima importancia la prevención de la exclusión social, sin olvidar también que es necesario actúar una vez esta
ya se ha producido. Desde la cercanía se busca intervenir a partir del ámbito
personal, es decir, con el trato cara a cara en aquellos aspectos que se
necesiten, tales como: el trabajo, la convivencia, tanto vecinal como dentro
del propio hogar, la salud o el ocio.
Todo camino que persiga la integración de los individuos y los
grupos en una colectividad social más justa, en la que cada persona pueda
desarrollar al máximo sus potencialidades, es un camino a andar por los trabajadores sociales.
Javier Frías Aglio 3ºA
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