El colectivo menores en riesgo de exclusión o excluidos
socialmente, fracasan en la escuela y abandonan los estudios, es por ello que la lucha contra la exclusión
social se hace principalmente desde políticas educativas (no sólo políticas
económicas o sociales) que cubran las carencias educativas/sociales de estos
grupos de riesgo y que los doten de las competencias necesarias. Por ello, es
importante trabajar con este colectivo a través de programas comprensivos de
orientación para reducir su estigmatización social (en términos de autoestima,
habilidades sociales, encauzar actitudes, desarrollar la iniciativa/autonomía,
aprender a tomar decisiones reflexivas, a conocerse a sí mismo, etcétera).
Es necesario saber que la exclusión social es la etapa final
de un largo proceso, en que se han dado
circunstancia del tipo: familias desestructuradas fracaso escolar, indefensión
aprendida sin habilidades sociales en general, no han tenido modelos de
comportamiento adecuado (social, laboral, etcétera), con preconcepciones negativas
sobre el trabajo y los empresarios.
Por ello la estigmatización de un colectivo que ya tiene
indicadores de exclusión reduce su participación en la sociedad. Es de vital
importancia capacitarlos para enfrentarse a la realidad, contando con el
aprendizaje de una serie de herramientas, esta capacitación puede ser llevada a
cabo desembocando en la inserción laboral y a la vez social, ya que empleo es
el eje mas importante de acceso a la zona de integración.
2. Características
del colectivo que influyen directamente en su inserción laboral.
La adolescencia y la juventud han ido evolucionando a lo
largo de la historia, teniendo diferentes significados.
Según la OMS define adolescencia como la etapa que
transcurre entre los 10 y 19 años, en la que se encuentran distintos cambios y
el individuo busca su propia identidad.
Pero la juventud para las Naciones Unidas, es la población
comprendida entre los 14 y los 25 años en el que se procesa la construcción de
identidades y la incorporación a una vida social más amplia.
Pero más allá de los conceptos de adolescencia y juventud,
existe un colectivo en riesgo dentro de ese apartado los cuales son los menores
en riesgo de exclusión social excluidos socialmente.
Las características con las que cuentan algunos de ellos son
las siguientes:
•Edades comprendidas entre 15 y 17 años.
•Procedentes de familias desestructuradas, con bajos niveles
socioculturales y económicos (abandono/ sobreprotección).
•Historial de fracaso escolar (y muchas veces personal) que
incide en su autoestima y su motivación.
•Tienen un estilo de vida incompatible, muchas veces, con
determinados procesos de aprendizaje (absentismo escolar).
•Sin recursos para enfrentarse al aprendizaje, a las
relaciones interpersonales, a la búsqueda de empleo y, en general, al mundo
adulto.
•Sin habilidades para el “éxito” (poca motivación de logro,
gran frustración, poco control de las situaciones, etc.)
•Escasa oportunidad de aprender los patrones básicos de
comportamiento social adoptado.
•Con desventaja sociocultural sostenida, patrones de
relación familiar inadecuados y subdesarrollo de capacidades básicas.
•No han tenido modelos de comportamiento adecuado (social,
laboral, etcétera).
•Con preconcepciones negativas sobre el trabajo y los empresarios
(trabajo = explotación y aburrimiento).
•“Educados” en la calle (roles sociales agresivos, ley del
más fuerte, etc.)
•Con experiencias de consumo de alcohol y/o drogas.
•Predominan los jóvenes excluidos pertenecientes a minorías
étnicas o culturales (inmigrantes, cultura gitana, etc.).
Podemos plantearnos, una reflexión de lo difícil que es abordar la adolescencia de cualquier persona, pero si a esa persona le añadimos una problemática que viene arrastrando desde hace tiempo, la cosa se complica todavía mas.
Personalmente, creo que en esta sociedad abordar esta problemática significa castigar, recluir a jóvenes en centros de menores aislados del resto y con carencias de todo tipo, que no hace si no perpetuar que esos chavales se dirijan a la exclusión arrastrando no sólo las desventajas por su
origen social estatus socioeconómico bajo, precariedad económica…sino las
desigualdades que genera una escuela y una sociedad que estigmatiza a los
colectivos con más riesgo.
Si las instituciones se planteasen otro modo de solventar esta problemática, adoptando una visión constructiva, intercultural, educativa, integradora y no punitiva, se generaría más equidad entre los menores (una de las etapas más importantes). Ya que estas organizaciones tratan de generar más oportunidades pero como todos sabemos no todos tenemos las mismas oportunidades de acceder al conocimiento y a las habilidades interpersonales y
sociolaborales.
Irene Segovia Pereiro