Como ya hemos hablado anteriormente en otras entradas al blog sobre la pena de muerte, sabemos que países como Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Irán y Yemen son los países que más recurren a la pena capital. Y los métodos más utilizados son el ahorcamiento, la electrocución, la decapitación, la inyección letal o el uso de armas de fuego.
Fuera de la discusión de si es ética o no la aplicación de la pena capital, que ya hemos hablado en entradas anteriores, nos vamos a centrar en los métodos de ejecución.
Los métodos más utilizados, como hemos dicho con anterioridad son: decapitación (Arabia Saudí), la electrocución (Estados Unidos), el ahorcamiento (Bangladesh, Botsuana, Corea del Norte, Egipto, Irak, Irán, Japón, Malasia...), inyección letal (China y Estados Unidos) y las armas de fuego (Autoridad Nacional Palestina, Guinea Ecuatorial, Somalia, Yemen...)
Vamos a centrarnos en discutir si es ética o no la forma de ejecución de los condenados. A estas personas ya se les está privando de la libertad y de su derecho a vivir. Además cabe destacar, que en muchos países no solo se condena por el asesinato de otra persona, lo que se consideraría un delito "grave", si no que se aplica la condena por ejemplo a casos de tráfico de drogas, blasfemia o delitos políticos o económicos.
Entonces sabiendo esto, ¿Es equiparable la condena, y ya no solo esta, sino el trato de sufrimiento de los condenados por la brutalidad de alguna metodología de ejecución, al delito cometido?.
Casado Maroto, Carlos
3ºA
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