Alumnos

Universidad Complutense de Madrid
Ética y Deontología del Trabajo Social
Curso 2013/2014

lunes, 19 de mayo de 2014

TRABAJO SOCIAL PENITENCIARIO


 El Trabajo Social dirigido a reclusos es uno de los ámbitos de actuación profesional menos conocidos para los trabajadores y trabajadoras sociales. El objetivo de trabajador social con los presos es conseguir alcanzar la reinserción social, siendo el trabajador social un elemento vital en el tratamiento interdisciplinario a el cual los reclusos están expuestos.

Otro tema importante a resaltar es el origen carencial de los presos, existe una gran desigualdad en cuanto a las personas que van a la cárcel, ya que la inmensa mayoría de los reos son de clase media-baja que se ven obligados a delinquir por las malas condiciones de vida que tienen o por el empeoramiento de las mismas. El origen de a conducta delictiva puede estar relacionado con una situación carencial: Carencia de medios, estudios básicos incompletos, profesión no cualificada, desestructuración familiar, baja autoestima, escaso auto-control, trastornos de la personalidad. Sin olvidar que el estigma de haber pasado por prisión y haber sido preso sitúa a la persona en riesgo de marginación, siendo inherente la posibilidad de acabar aislada de la sociedad cuando la pretensión es resocializar.

 La cárcel no está enfocada a la reinserción, una prueba muy clara de ello es la alta tasa de reincidencia, en el caso español, 6 de cada 10 personas vuelven a la cárcel después de haber ingresado por primera vez.

Las funciones de un trabajador social en la prisión son:

-Atención del ingreso en prisión de la persona.

-Resolución de los problemas que pueda tener el preso o su familia como consecuencia de su ingreso en prisión.

-Detección de las carencias y necesidades sociales y personales del individuo y elaboración del diagnóstico social.

-Intervención con las familias de los presos.

-Orientación sobre cómo solicitar las ayudas económicas, sanitarias o de otro tipo que su Ayuntamiento o Comunidad Autónoma pueda ofrecerle.

-Gestión servicios y recursos que pueda beneficiarse el usuario.

-Tramitación del Documento Nacional de Identidad o Tarjeta de a Seguridad Social, en el caso de que el preso no tenga.

-Resolución de disputas: Manejo de conflictos, entre internos.

-Mantenimiento de la organización.

-Desarrollo de  programas de reinserción para los presos.

-Gestión en caso de fallecimiento o enfermedad grave de un familiar directo del interno.

-Seguimiento de Liberados Condicionales.

-Elaboración de Informes Sociales para internos pendientes de cumplir Pena de Trabajo en Beneficio de la Comunidad.

-Localización de los presos que gozan de 2 o 3º grado.

Javier Frías Aglio 3ºA

PREVENCIÓN DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL


En los últimos años, y cada vez con mayor frecuencia, la situación de muchas familias ha empezado a ser insostenible. Esto no se debe únicamente a la época de crisis por la que atravesamos, aunque si influye en que cada vez sean más las personas que solicitan ayudas y se encuentran en una situación muy desfavorable. El problema viene de antes, y la solución ni se encuentra, ni desgraciadamente se busca. Se cuenta con determinados equipos, voluntarios y asociaciones que intervienen allí donde muchos y muchas otras prefieren dirigir la mirada a otro lado y no mirar más allá de sus propios intereses.

Gracias a estos equipos y estas personas, se posibilita en muchas ocasiones que muchos niños y niñas tengan acceso a la escuela y que muchas familias tengan algunos recursos de los que echar mano para salir hacia delante. No se pretende solucionar la vida de todas las personas que tengan problemas y necesidades porque hoy por hoy y con los escasos recursos de los que se disponen, es una tarea imposible. Pero sí se puede mejorar la calidad de vida de muchas de estas personas y ayudar poco a poco y en la medida de lo posible a que cada vez sean menos las personas que viven este tipo de situaciones de exclusión y abandono.

Es importante tener medios para acceder a un determinado tipo de población, incluso algo tan sencillo como una tarjeta sanitaria podía suponer un buen salvoconducto para entablar relaciones. El punto negativo lo encontramos cuando cada vez se restringen y suprimen más medios para las personas que lo necesitan y están en riesgo de exclusión social como es el ejemplo de la tarjeta sanitaria.

Creo que desde el trabajo social podríamos trabajar desde dos puntos distintos: Desde la Educación Social con intervenciones socioeducativas con familias y tratar de potenciar temas relacionados con el ámbito socio-laboral. Considerando de máxima importancia la prevención de la exclusión social, sin olvidar  también que es necesario actúar una vez esta ya se ha producido. Desde la cercanía se busca intervenir a partir del ámbito personal, es decir, con el trato cara a cara en aquellos aspectos que se necesiten, tales como: el trabajo, la convivencia, tanto vecinal como dentro del propio hogar, la salud o el ocio.


Todo camino que persiga la integración de los individuos y los grupos en una colectividad social más justa, en la que cada persona pueda desarrollar al máximo sus potencialidades, es un camino a andar por los trabajadores sociales.

Javier Frías Aglio 3ºA

PROSTITUCIÓN 3

Prostitución en Holanda:


Algunas posturas respecto a la prostitución abogan por su regulación y normalización, por conferir a esta actividad las características y el tratamiento de una profesión como otra cualquiera. En algunos países europeos, algunos de los más avanzados del mundo en materia social, se han intentando procesos de regularización que no han alcanzado el objetivo deseado.
 
En el caso de Holanda, la prostitución no estaba legalizada ni prohibida, era tolerada como un mal necesario y más tarde como un fenómeno social. En las grandes ciudades se fue instalando un sistema de regulación informal que tenía como fin proteger y controlar el orden público como contrarrestar los excesos (excesos de violencia, humillación, sadismo, etc.). La expansión de la industria en los años 70, creo la necesidad de instrumentos aptos para la regulación de la prostitución, además su internalización requiere de una legislación más rigurosa frente al tráfico de mujeres
 
En 1.997 se levantó la prohibición general de establecer burdeles. Esta ley incluyó diferentes artículos en relación a la explotación de la prostitución, el proxenetismo y el comercio de mujeres.

Fines que tenía la ley: diferenciar entre la prostitución voluntaria e involuntaria y la legalización de la gestión económica para conducir a la normalización de la situación, mayor transparencia y a una despenalización de la prostitución. La ley supuso el levantamiento de la prohibición de burdeles a nivel nacional pero no implicó una ley nacional sobre la prostitución, pues ésta quedó gestionada mediante una política de licencias administrativas otorgadas a nivel de las comunas. 

Los derechos de las prostitutas extranjeras quedaron lejos de clarificarse. Según los datos estimados, hasta un 90% de las prostitutas eran extranjeras. Actualmente, las prostitutas extranjeras no pueden obtener un permiso de residencia basado en su trabajo mientras que estén empleadas en la prostitución; sólo pueden establecerse como autónomas siempre que puedan procurar su propio sustento y cumplan los requisitos que establece la ley nacional sobre la empresa privada. El Estado parece querer excluir a mujeres no holandesas de reglas aplicables al trabajo en todos lugares. 

En relación a la protección legal del trabajo y, en vista de la ausencia de una legislación nacional, es la relación prostituta-gerente, la que determinará la calidad de los derechos laborales. El Estado aumentó sus medios de control del ejercicio de la prostitución, los gerentes –y no las prostitutas- fueron los que se beneficiaron de los cambios. Esto no es una política de emancipación hacia las prostitutas. La realidad, años después, no responde a las expectativas, pues se dieron de alta en Hacienda 921 prostitutas, cuando se estimaba que la cifra real rondaba las 30.000. 

En resumen, contrariamente a lo deseado, la legalización no logra “normalizar” la actividad y ha resultado un fracaso. Ésta es la conclusión publicada por el Centro de Investigación y Documentación encargado de hacer un balance a los dos años de la abolición de la ley que prohibía la prostitución. Para ello han sido entrevistadas varios cientos de personas entre prostitutas, dueños de establecimientos del ramo y policías. Ni las condiciones laborales y sanitarias de las prostitutas han mejorado ni ha desaparecido el circuito clandestino; es más, el grueso legalizado sirve para encubrir la gran masa de mujeres traficadas y ha favorecido la explotación sexual de niños y niñas. 

El intento holandés, que se caracteriza por permitir que los establecimientos del sexo sean negocios normales y la profesión se equipare a otras, no ha dado resultado. Podemos por tanto concluir que está comprobado que, cuando costumbres irregulares se toleran o incluso se protegen, se crean las condiciones ideales para que crezcan. Pues no sólo ocurre con los Países Bajos, la corriente a favor de la legalización de la prostitución, que ya se ha plasmado en algunos países, muestra con facilidad que el número de personas que se prostituyen ha aumentado, al igual que en Alemania y Australia, sin haber demostrado mejoría en sus condiciones de vida.
 


Lapuente Nieto, Antonio 3º A

las mujeres y su acceso al mundo laboral

La exclusión de la mujer en el mundo laboral.

La mujer a lo largo de la historia siempre ha tenido mayores obstáculos en el mundo laboral respecto al hombre y hoy en día, sigue existiendo estas dificultades sobre todo si van asociadas a ellas otras circunstancias que facilitan su exclusión social.

Existen mujeres de determinados "colectivos sociales" que encuentran aún más si cabe más barreras en su inserción ocupacional y en su integración social,(etnia gitana, inmigrantes, jóvenes en riesgo de exclusión social, familias monoparentales, mujeres embarazadas, mujeres mayores de 45 años).

Nuestro trabajo se basa en favorecer el proceso de integración de estas mujeres. Esto tiene como resultado una mejora en su autoestima y autonomía personal, lo que aumenta la confianza en sí misma, para poder enfrentarse al mundo laboral ( en este caso concreto)

Características del colectivo que influyen directamente en su inserción.


A partir de 1984 se produce una incorporación masiva de la mujer en el mundo laboral, pero hoy día  las mujeres que quieren incorporarse a la actividad laboral después de un largo proceso de inactividad, como las mujeres desempleadas en general, no disponen de muchas facilidades para conseguir un puesto de trabajo asalariado.
Entre uno de los  obstáculos con los que tiene que enfrentarse la mujer es que los empresarios aún prefieren contratar a hombres para desempeñar las actividades de su empresa, por lo que las mujeres han intervenido mucho menos tiempo en  actividades profesional que los hombres.
Otro de los obstáculos es la existencia de costumbres sociales muy arraigadas y que poco a poco con el paso del tiempo van cambiando y van haciendo que la mujer acceda al mundo del trabajo de una forma más regular.
El no tener empleo es uno de los mayores factores, por no decir el mayor factor de vulnerabilidad para cualquier mujer pero no por el motivo de ser mujer se tiene la necesidad de una intervención social, sino que normalmente con ello va asociado otra problemática que maximiza la posibilidad de encontrarse en situación de riesgo laboral como puede ocurrir con mujeres inmigrantes, mujeres con carga familiar (monoparentales), mujeres que ejercen la prostitución o son victimas de tráfico sexual, mujeres víctimas de violencia de género, mujeres con discapacidad, mujeres presas o reclusa, mujeres en situación de desempleo prolongado, mujeres jóvenes embarazadas.
Las características que afectan a una posible inserción laboral y la permanencia en el puesto de trabajo son varias, y dependen de cada situación mencionada anteriormente, Por lo que a continuación definiremos características dependiendo de la situación añadida a la mujer que hace que esté más limitada ante la inserción laboral.

Conclusion

Como futuros Trabajadores Sociales, nos damos cuenta de que la mujer se encuentra muy desfavorecida en el mundo laboral, ya que pasa por situaciones y circunstancias que limitan sus posibilidades para encontrar un empleo, circunstancias como ser joven sin experiencia laboral, estar embarazada, tener hijos, no conocer el idioma, no disponer de una base formativa, tener algún tipo de diversidad funcional o ser mayor de 45 años, causas que hacen y obligan, en cierta medida a llevar a cabo trabajos mal remunerados, sumergidos o incluso prostituirse.

Tener un trabajo digno es un derecho de cualquier ciudadano, garantizar la igualdad en el acceso de la oferta de recursos de educación y empleo.  

No es justo que los estigmas promovidos por la sociedad se prolonguen y crear conciencia es la base para superar tales barreras. 
Irene Segovia Pereiro


menores en riesgo de exclusión

Menores en riesgo de exclusión social

El colectivo menores en riesgo de exclusión o excluidos socialmente, fracasan en la escuela y abandonan los estudios,  es por ello que la lucha contra la exclusión social se hace principalmente desde políticas educativas (no sólo políticas económicas o sociales) que cubran las carencias educativas/sociales de estos grupos de riesgo y que los doten de las competencias necesarias. Por ello, es importante trabajar con este colectivo a través de programas comprensivos de orientación para reducir su estigmatización social (en términos de autoestima, habilidades sociales, encauzar actitudes, desarrollar la iniciativa/autonomía, aprender a tomar decisiones reflexivas, a conocerse a sí mismo, etcétera).
Es necesario saber que la exclusión social es la etapa final de un  largo proceso, en que se han dado circunstancia del tipo: familias desestructuradas fracaso escolar, indefensión aprendida sin habilidades sociales en general, no han tenido modelos de comportamiento adecuado (social, laboral, etcétera), con preconcepciones negativas sobre el trabajo y los empresarios.
Por ello la estigmatización de un colectivo que ya tiene indicadores de exclusión reduce su participación en la sociedad. Es de vital importancia capacitarlos para enfrentarse a la realidad, contando con el aprendizaje de una serie de herramientas, esta capacitación puede ser llevada a cabo desembocando en la inserción laboral y a la vez social, ya que empleo es el eje mas importante de acceso a la zona de integración.

2. Características del colectivo que influyen directamente en su inserción laboral.
La adolescencia y la juventud han ido evolucionando a lo largo de la historia, teniendo diferentes significados.
Según la OMS define adolescencia como la etapa que transcurre entre los 10 y 19 años, en la que se encuentran distintos cambios y el individuo busca su propia identidad.
Pero la juventud para las Naciones Unidas, es la población comprendida entre los 14 y los 25 años en el que se procesa la construcción de identidades y la incorporación a una vida social más amplia.
Pero más allá de los conceptos de adolescencia y juventud, existe un colectivo en riesgo dentro de ese apartado los cuales son los menores en riesgo de exclusión social excluidos socialmente.
Las características con las que cuentan algunos de ellos son las siguientes:
•Edades comprendidas entre 15 y 17 años.
•Procedentes de familias desestructuradas, con bajos niveles socioculturales y económicos (abandono/ sobreprotección).
•Historial de fracaso escolar (y muchas veces personal) que incide en su autoestima y su motivación.
•Tienen un estilo de vida incompatible, muchas veces, con determinados procesos de aprendizaje (absentismo escolar).
•Sin recursos para enfrentarse al aprendizaje, a las relaciones interpersonales, a la búsqueda de empleo y, en general, al mundo adulto.
•Sin habilidades para el “éxito” (poca motivación de logro, gran frustración, poco control de las situaciones, etc.)
•Escasa oportunidad de aprender los patrones básicos de comportamiento social adoptado.
•Con desventaja sociocultural sostenida, patrones de relación familiar inadecuados y subdesarrollo de capacidades básicas.
•No han tenido modelos de comportamiento adecuado (social, laboral, etcétera).
•Con preconcepciones negativas sobre el trabajo y los empresarios (trabajo = explotación y aburrimiento).
•“Educados” en la calle (roles sociales agresivos, ley del más fuerte, etc.)
•Con experiencias de consumo de alcohol y/o drogas.
•Predominan los jóvenes excluidos pertenecientes a minorías étnicas o culturales (inmigrantes, cultura gitana, etc.).

Podemos plantearnos, una reflexión de lo difícil que es abordar la adolescencia de cualquier persona, pero si a esa persona le añadimos una problemática que viene arrastrando desde hace tiempo, la cosa se complica todavía mas. 
Personalmente, creo que en esta sociedad abordar esta problemática significa castigar, recluir a jóvenes en centros de menores aislados del resto y con carencias de todo tipo, que no hace si no perpetuar que esos chavales se dirijan a la exclusión  arrastrando no sólo las desventajas por su origen social estatus socioeconómico bajo, precariedad económica…sino las desigualdades que genera una escuela y una sociedad que estigmatiza a los colectivos con más riesgo.
Si las instituciones se planteasen otro modo de solventar esta problemática, adoptando una visión constructiva, intercultural, educativa, integradora y no punitiva, se generaría más equidad entre los menores (una de las etapas más importantes). Ya que estas organizaciones tratan de generar más oportunidades pero como todos sabemos no todos tenemos las mismas oportunidades de acceder al conocimiento y a las habilidades interpersonales y sociolaborales.


 Irene Segovia Pereiro

LA CÁRCEL: CONSECUENCIAS-ALTERNATIVAS

El impacto que tiene el encerramiento prolongado de una persona en la cárcel provoca unas consecuencias en la misma que afecta en diferentes planos:

Consecuencias somáticas:

1)      Problemas sensoriales en visión, audición, olfato, gusto
2)      Alteraciones de la imagen personal
3)      Agarrotamiento muscular (tensión muscular)

Consecuencias psicosociales:

1)      Adaptación al entorno anormal de la prisión:
-Exageración de las situaciones
-Autoafirmación agresiva o sumisión frente a la institución
-Dominio o sumisión en las relaciones interpersonales
-Desviación de la sexualidad

2)  Ausencia de control sobre la propia vida
3)  Estado permanente de ansiedad
4)   Ausencia de expectativas de futuro
5)   Ausencia de responsabilización
6)   Perdida de vinculaciones
7)   Alteraciones de la afectividad: Sensación de desamparo y sobredemanda afectiva.

Recomiendo si a alguien le interesa aprender más sobre el tema el libro de Jesús Valverde: “La cárcel y sus consecuencias” desarrolla de forma completa todo el proceso por el que pasa la persona presa desde que entra a la institución, y profundiza en las consecuencias que he mencionado anteriormente.

Para hablar de la parte de alternativas a la cárcel, creo necesario hacer una pequeña introducción en el tema de los grados:

Todas las personas internadas una vez tengan sentencia en firme son clasificadas en alguno de los tres grados penitenciarios que establecen las leyes. El grado asignado determina un régimen de medidas de control y seguridad, más severas en el caso del primero, que se flexibilizan progresivamente hasta alcanzar el tercero en este caso podría llegar al cumplimiento del resto de su condena en un régimen abierto en la modalidad que en cada caso se establezca. En la determinación del grado se tienen en cuenta su personalidad, su historial penitenciario individual, familiar, social y delictivo, la duración de la condena impuesta así como otros factores establecidos en la legislación penitenciaria. El grado penitenciario, se propone y revisa periódicamente por la Junta de Tratamiento del Centro en que se encuentre internado.

La alternativa propuesta por el profesor Emilio Monteserín y que voy a reproducir a continuación pasa por que la ejecución penal de un buen número de penas gire en torno al Tercer Grado de Tratamiento:

Consistiría en una régimen de semilibertad, que todas las condenas hasta cinco años se cumpliesen aplicando esta forma de ejecución penal, reuniendo eso sí, varias condiciones como el reconocimiento del delito, la reparación del daño causado (pago de la responsabilidad civil), disponer de recursos económicos u oferta laboral, apoyo familiar o asociación subsidiaria.

Con esta medida (que no deja de ser prisión), se podría mantener un control más flexible sobre la persona, al mismo tiempo que ella ejercita con cierta autonomía la responsabilidad, la actividad laboral y la relación familiar y social, manteniendo así vínculos sociales fundamentales.


¿Entendemos la justicia como un concepto vindicativo (referente a la venganza)? ¿Consideramos que cuanto más castigo sufra el reo mayor satisfacción percibe la victima?  ¿Puede una sociedad prescindir de la prisión?

Javier Frías Aglio 3ºA

LA CÁRCEL: UN ACERCAMIENTO AL PRESO

La cárcel como institución surgió de la necesidad de anular el crimen utilizando el castigo, en la historia que precede a la creación de las prisiones nos encontramos con penas por delinquir como: la ley del talión, mutilaciones, crucifixión, torturas, y demás maltratos a la vida y a la dignidad humana. Las sociedades han ido cambiando con el tiempo, las formas de aplicar el castigo y lo que se consideraba delito o no, han ido evolucionando.

Al principio, la cárcel era un lugar al que enviaban a los presos como forma de custodia para que no huyeran antes de habérseles juzgado, era un lugar para confinar a las personas. La pena privativa de libertad, es un invento más moderno que nace a finales del siglo XVIII  y que está inspirado en el pensamiento ilustrado del momento, que cree en la rehabilitación de la persona que delinque mediante este método.

Pensar en la prisión hoy, es pensar acerca de una de las instituciones mas alejadas y desconocidas de nuestra realidad habitual. La idea que tenemos de la cárcel es confusa y desfigurada a causa de la desinformación que prácticamente a “cinematizado” nuestro concepto de prisión. La institución penitenciaria se convierte, pues, en un lugar ajeno a la sociedad, lo cual produce que tomemos muy a la ligera ciertos aspectos relacionados con el (deseo/afán) de que se encarcele al delincuente.

Cuando pensamos en el encarcelamiento del que ha delinquido, de quién ha quebrantado las normas, y queremos que sufra y que pague por lo que ha hecho, esperamos un castigo, porque además pensamos que es “lo justo” y que castigando, la idea de “lo justo” sigue en funcionamiento, se perpetua la idea del castigo como lo justo y lo normal, una idea aceptada por todos y que además cumple la función de intimidar al culpable y al resto de posibles infractores a cometer el delito.

Si entendemos entonces que este problema de información, deriva en una creencia generalizada de que el castigo es la solución al crimen, cuándo decíamos que la intención primaria de la institución penitenciaria es una reforma del individuo que no se da en la mayoría de los casos a consecuencia de la propia institución, empezamos a hablar de la misma como un organismo contradictorio e ineficaz.

 ¿Está la sociedad obsesionada con el castigo? ¿Existe la sed de venganza contra el delincuente?

Javier Frías Aglio 3ºA

domingo, 18 de mayo de 2014

Pena de muerte. Sudán.




Sudán, república del África nororiental, es el país más extenso de los países del continente africano, además de ser uno de los países en los que aún se aplica la pena de muerte a su población por delitos, que bajo el entendimiento de su sociedad y cultura se catalogan como "graves". La aplicación de la sentencia de la pena capital es a causa de sodomía, hacer la guerra contra el estado, apostasía, prostitución, traición, actos que podrían poner en peligro la independencia o unidad del estado, asesinato, robo armado, posesión de armas y contrabando.
En este caso vamos a centrarnos en la pena de muerte por apostasía, la cual ocupará el centro de nuestro siguiente caso. La apostasía se entiende como la negación, renuncia o abjuración a la fe en una religión, así como la salida o abandono irregular de una orden religiosa o instituto.

Volviendo a Sudán, cabe destacar que las religiones que se practican son el Islam, en un 70% de su población, religiones tradicionales, en un 25% y el cristianismo, con un 5% de practicantes entre la población de Sudán.

El caso que va a presentarse a continuación es de actualidad, pues sucedió hace apenas una semana:



Un tribunal de Sudán condenó, el jueves 15 de Mayo de 2014, a muerte a la doctora Miriam Ishaq, de 27 años, por haberse convertido al cristianismo, aunque la pena no se aplicará hasta dentro de dos años.  
El abogado de Miriam afirmó que el plazo de tres días que tuvo para que rectificase culminó en que no renunció a la religión cristiana. Según esto, Ishaq fue condenada a 100 latigazos y después a ser ahorcada.
Un tribunal condenó, cuatro días después, a la sudanesa a pena capital por apostasía y adulterio. El magistrado retrasó el cumplimiento de la sentencia hasta dentro de dos años, para dar tiempo a que la mujer dé a luz al hijo que está esperando y termine de amamantarlo en ese tiempo. Ishaq, embarazada de ocho meses y con otro hijo de dos años.
Su esposo cristiano fue absuelto del cargo de adulterio por falta de pruebas, tras argumentar que había contraído matrimonio con ella cuando ya había cambiado su religión.
El tribunal recordó que la ley sudanesa prohíbe la conversión del islam al cristianismo y que, por tanto, la acusada cometió adulterio al ser “nulo” su matrimonio como cristiana.


Conociendo el caso, podemos considerar que el fanatismo religioso al que pueden llegar algunos países, supone un gran riesgo para los derechos humanos y la tolerancia religiosa.
Por último, independientemente de la intervención de algunos representantes de grupos de derechos humanos y diplomáticos de algunos países occidentales en estos temas tan comprometidos, la pena capital que se le aplica a esta mujer es un arma de doble filo, ya que se le priva del derecho a la vida y además genera un problema en su familia, ya que sus hijos se criarán sin un pilar fundamental en el desarrollo como persona, que es la figura de una madre, y esto no se tiene en cuenta a la hora de aplicar la condena.

Casado Maroto, Carlos

3ºA

PROSTITUCIÓN 2

Postura Objetivista: (desde la perspectiva de los DD.HH.)

Desde la perspectiva objetivista, de la ONG Médicos del Mundo, la visión sobre el tema de la prostitución se centra en la explotación sexual de la mujer como problema de salud pública y de desigualdad de género, y se basa en relaciones de dominación y explotación, esto conlleva un tipo de violencia de género que tiene como objeto de intercambio el cuerpo de la mujer. Este proceso la lleva a la estigmatización en todas sus relaciones sociales y una grave vulneración de los derechos humanos.
 
En el último informe de la Relatora Especial de la ONU sobre los derechos humanos de las victimas de trata, se cambian los conceptos de “trabajo sexual” y “cliente” por los de “explotación sexual” y “usuario de la prostitución”. Además, se considera la prostitución como una forma de violencia de género y por tanto como una vulneración de los derechos humanos.
 
La violencia de género está definida en el Art. 1 de la Declaración de la ONU sobre la Eliminación de la Violencia contra las mujeres como: “cualquier acto de violencia basado en el sexo que dé lugar o pueda dar lugar a un prejuicio o sufrimiento físico, sexual o psicológico de las mujeres, incluidas las amenazas de tales actos, la coerción o las privaciones arbitrarias de libertad, ya ocurran en la vía pública o en privado”.
 
Para Médicos del Mundo la prostitución es otra manifestación más de violencia de género, ejercida principalmente sobre mujeres y niñas, con grave riesgo para su salud y en definitiva para su vida. Que conculca sus derechos (derecho a la salud) y por tanto se debe sensibilizar a la sociedad y denunciar situaciones de este tipo.  

 
La experiencia que Médicos del Mundo ha adquirido en los 15 años que lleva interviniendo con personas prostituidas nos ha servido para observar cómo el perfil de las personas prostituidas ha cambiado, la pobreza y la violencia de género son factores fundamentales para que muchas mujeres se inicien en el ejercicio de la prostitución.
 
Las consecuencias del ejercicio de la prostitución para la salud mental, constatadas por los profesionales que atienden a estas mujeres son las mismas que sufren las personas sometidas a torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes.

 
 Así mismo, las personas prostituidas son personas con una mayor vulnerabilidad y riesgo de contraer y transmitir el VIH/Sida, debido en general, a la falta de libertad en la exigencia del uso del preservativo.
 
Las mujeres se inician en la prostitución en su mayoría abocadas por necesidades económicas perentorias y, en demasiadas ocasiones, de manera forzada. La falta de apoyo social, el rechazo y la coacción por parte de los proxenetas hace que la salida de la prostitución sea prácticamente inviable. Son muy pocas las mujeres que aseguren mantenerse en este mundo con libertad.
 
Desde esta perspectiva del problema, se propone que las medidas dirigidas a una legislación común que implique todas las administraciones y que vaya dirigida hacia la inserción social y laboral de las personas que ejercen la prostitución, como alternativa al ejercicio de la misma. Unas penas que guarden una adecuada relación de concordancia con la gravedad de los delitos relacionados con la explotación sexual, y con la situación de esclavitud en la que se encuentran muchas mujeres prostituidas.  Y otras medidas que contribuyan a sensibilizar y visibilizar el papel del usuario de la prostitución y a educar a las futuras generaciones en la igualdad y el respeto mutuo. Para ello exige al estado español elaborar, aprobar y dotar de recursos a un “Plan Integral contra la trata y el tráfico de personas con fines de explotación sexual” contemplando la prevención, sanción, protección y reparación a las víctimas, y sobre la base de la no discriminación.

 
En la actualidad, por desgracia, casi todas las medidas que se toman tienen un enfoque policial o de “limpieza” y de orden vial, y no hacia los derechos de las mujeres en general y de las víctimas de esta actividad en particular.
 
Lapuente Nieto, Antonio  3ºA

SOBRE LOS DILEMAS ÉTICOS DEL TRABAJO SOCIAL

CONFLICTOS Y DILEMAS EN LA PRÁCTICA DEL TRABAJO SOCIAL

Los conflictos y dilemas del profesional  del trabajo social en ejercicio de su labor profesional, surgen:
-          Al ejercer el trabajo social enmarcado en políticas sociales a veces insuficientes e “injustas”: Gran parte de la población a la que atiende un trabajador social, tienen necesidades básicas que deben ser cubiertas inmediatamente, pero, para nadie es un secreto que en tiempo de crisis las subvenciones destinadas para cubrir este tipo de necesidades se han visto reducidas considerablemente, por lo tanto, muchas personas se quedan sin ellas y de cierta manera es injusto para ellos.  Al estar enmarcado en políticas sociales, la intervención del trabajador social siempre va estar supeditada a decisiones políticas que no tienen en cuenta las opiniones de los profesionales especialistas en lo social.
-           Al valorar por un lado el modelo de sociedad para la que trabajamos y por otro el modelo de sociedad por la que luchamos: Siempre trabajamos, o por lo menos en gran parte para aumentar la autonomía de las personas para no hacerlas dependientes de los servicios sociales, pero es verdad, que actualmente los centros de Servicios Sociales se encuentran completamente llenos y los profesionales no dan abasto, por lo que tienen que derivar y no pueden realizar las intervenciones necesarias para conseguir los mejores resultados con los usuarios.  
-          Al intentar consensuar lo que se piensa, con lo que se siente, con el cómo se actúa desde el trabajo profesional: En nuestra profesión los sentimientos están en todo momento a flor de piel, y en algún momento de nuestro trabajo influye en la manera de intervención. El canalizar bien los sentimientos y controlarlos es uno de los grandes retos que tienen las personas que trabajan para otras personas.
-          Y finalmente respondiendo para qué, para quien, como y con quien trabajamos.
-
CÓMO SE AFRONTAN LOS CONFLICTOS

Se pueden afrontar a través de:
-          Prácticas adaptativas: Intentando adaptar a la personas a su medio, sin  hacer ningún tipo de reflexión crítica: actuación basada en binomio necesidad-recurso.
-          Prácticas educativa-reformadoras: Intentar cambiar la sociedad, reformarla, sin tocar las estructuras, educar para que no aparezca la marginación, hacer perfiles de usuarios para adaptarlos a los recursos.
-          Prácticas transformadoras: Es la línea crítica, la que cuestiona todo, incluso el papel del trabajo social como sostenedor en su quehacer, de una estructura injusta. Se analiza la sociedad con una visión global. Se trabaja con técnicas participativas e implicadoras, se contempla la integridad y globalidad y el protagonismo del usuario en el proceso de cambio.


DIFICULTADES PRÁCTICA

Las dificultades prácticas que algunos sectores de profesionales del trabajo social manifiestan en el ejercicio de sus funciones dentro de la administración pública, surgen porque:
-          Se priorizan los principios e intereses institucionales.
-          La excesiva burocracia.
-          Porque los valores profesionales son más asépticos que los institucionales y no están mediatizados por las tendencias políticas y partidistas de las instituciones.
-          Porque priman los criterios cuantitativos de las instituciones sobre los cualitativos.
-          Porque la burocratización de las acciones profesionales impide la reflexión y profundización en las valoraciones técnicas.
-          Porque como consecuencia de dicha burocratización, se aplica más una práctica profesional adaptativa y conformista que reformadora e integral.
-          Porque se actúa de forma “automatizada” siguiendo criterios y normas impuestas por las instituciones y a su vez éstos no establecen en muchos casos criterios claros de actuación y poco acordes a los principios del trabajo social.
-          Porque las instituciones “desconocen” la realidad de las problemáticas sociales.
-          Porque en las instituciones la confidencialidad es dudosa a veces.
-          Por no tener en cuenta debidamente los principios de individualización y empatía, convirtiendo a las personas en números.
-          Finalmente al considerar como con frecuencia los valores institucionales “deshumanizan” la profesión del trabajo social.


SER ÉTICO EN EL TRABAJO SOCIAL SUPONE SER ÚTIL, EFICAZ, RESPONSABLE Y TRANSFORMADOR





Fuente: https://buleria.unileon.es/bitstream/handle/10612/1486/garc%C3%ADaalvarez.pdf?sequence=1 

Alejandra Acosta Rengifo


PENA DE MUERTE: DILEMA DE JUSTICIA O DE ETICA

El dilema asociado a la pena capital es siempre un dilema complicado de realizar dado que en la construcción de la resolución de este dilema se incrustan multitud de argumentos que sin ser éticos modifican el punto de vista de las personas involucradas.
La ética tiene como objetivo mejorar el que hacer de las personas, a las personas en sí mismas o mejorar a las personas en su conjunto. Es por ello que el foco acerca de la pena capital no debería estar en criterios de justicia o retaliación de un daño o perdida, sino sí esta manera de castigo tiene un uso práctico y útil para los implicados.  
La cuestión ética de la pena de muerte se encuentra sopesar o balancear los pros y los contras de este tipo de castigo. Las preguntas deberían ser si es útil al reducir los delitos que se castigan con la pena de muerte, si es eficiente en coste-beneficio. Pero la verdad es que el debate de este tipo de castigo se encuadra en que la manera de ejecución sea  rápida e indolora para que no sea cruel o que las personas condenadas a este tipo de castigo sigue un patrón racial, incluso en que es un castigo no reversible y que si la justicia se equivoca no hay posibilidad de devolver al reo a la vida.
Cuando el dilema se construye equivocando los términos de justicia y ética es cuando la solución del dilema ya se ha resuelto pero no se acepta por una de las partes implicadas por razones de costumbre, religiosas o las peores de todas para modificar en cuestiones legales, las razones ideológicas. Es en este punto donde se encuentra el conflicto de la pena capital y es por ello por lo que su debate es tan enconado entre las partes implicadas.
La ideología trastoca cualquier forma de análisis ético dado que es un tipo de razón que no conoce de pensamiento crítico dado que en sus posiciones más extremas, lo que la mueve son los sentimientos individuales y no hay razón posible cuando los sentimientos son fuertes.  Para las personas que quieran vivir de forma moral el mayor peligro esta en las formas de vida morales que normalmente se asientan en construcciones basadas en sentimientos y experiencias personales no en un criterio pensado con neutralidad y haciendo un juicio profundo del objeto en cuestión.
La pena de muerte solo se erradicará cuando los imperativos hipotéticos sean erradicados del pensamiento de las partes implicadas en el debate de la aplicación de la pena capital.
Héctor Candón Almansa  

CASO DE VIOLENCIA DE GÉNERO

De acuerdo a lo que hemos estado viendo en clase sobre los dilemas éticos del trabajo social, uno de los casos en los que mayor dilema se presenta en el los de violencia de género. Hay quienes tienen muy claro cuál sería su actuación, pero también hay quienes necesitan un apoyo externo de coordinación con el equipo para resolverlo.
Como trabajadores sociales estamos inmersos en situaciones de dilemas éticos todos los días, es preciso tener en cuenta, que siempre vamos a trabajar en equipo y podremos buscar otras opiniones antes de tomar una decisión. 
Así mismo es importante que los profesionales sepas manejar las situaciones y evitar mezclar nuestros sentimientos a la hora de intervenir.
Os presento este caso que relata una estudiante de la universidad de Huelva y cómo hace frente a él y los dilemas éticos del trabajo social que se presentan. 

caso: 

Persona que acude al servicio: Mujer de 56 años, derivada por el Servicio de Salud
Mental que acude a consulta acompañada de su marido y pide que lo deje pasar.
Presenta trastorno depresivo recurrente en tratamiento por el equipo de salud mental con ansiolíticos y antidepresivos durante cinco años.



DEMANDA: La mujer es derivada para su inclusión en grupos socioeducativos de habilidades sociales para mujeres. (Estos grupos tienen como objetivo ayudarles a activar sus propias habilidades y recursos de afrontamiento, a los problemas de salud de origen psicosocial, se trata de un taller que se desarrolla en 8 sesiones con periodicidad semanal).


INVESTIGACIÓN: Se comienza con una entrevista personal de valoración. Le pregunto los motivos de su derivación al taller: Me dice que tiene una fuerte depresión, que está muy triste, no le ve sentido a la vida; cree que no vale nada porque ni siquiera sabe leer ni escribir.
Se manifiesta como una mujer muy insegura, con poco cuidado de su estética.
Cuando le explico que le voy a hacer el test de apoyo familiar, me contesta entre dientes que ella “tiene poco apoyo familiar” y me hace señas con los ojos señalando al marido por lo que decido dejar el test para otro momento.



En síntesis su contexto socio familiar es el siguiente:
*Composición familiar: Familia formada por el matrimonio, un hijo y su novia. Tiene tres hijos más independizados. No tiene relación con su familia de origen desde que se casó.
*Nivel de instrucción: No sabe leer ni escribir.
*Situación económica: No ha trabajado nunca fuera de casa. El marido se ha jubilado recientemente por invalidez, pensionista, trabajaba en la construcción. El hijo trabaja por cuenta ajena en un comercio.
*Vivienda: Residen en barriada de autoconstrucción de inmigrantes venidos de las zonas rurales a la ciudad durante los años 70.
Valoración inicial: Sospecha de malos tratos por los siguientes indicadores: depresión, ansiedad, baja autoestima, conducta no verbal.
Primera intervención: La incluyo en el grupo de habilidades sociales y la derivo al Centro de
Educación de adultos.
Empieza a acudir al grupo de habilidades sociales, durante los dos meses de duración solo falta una vez. Solía venir acompañada del marido que la traía y la esperaba fuera.
Durante las sesiones explicó que se sentía muy sola, que no se daba valor ninguno y pensaba que nadie la valoraba, que toda su vida había estado solo atendiendo a la casa y a la familia sin que a nadie le importara su vida, manifestaba tener apoyo solo del hijo que aún vivía en el domicilio familiar.
Al mismo tiempo había empezado a acudir al centro de adultos y estaba muy contenta.
En la última sesión, consigo que se quede un rato al terminar para poder hacerle valoración a solas, estando el marido fuera:
Explica que su profundo malestar viene de la relación con su marido: menosprecios, insultos, descalificaciones continuas. Describe al marido como muy celoso, muy pendiente de ella, peor desde que se jubiló por enfermedad.
Él le ha propuesto alguna vez separarse pero al preguntarle ¿cómo se vería si llegaran a separarse?
Contestaba que “no me veo de ninguna forma”, “¿dónde iría yo con 55 años?” “¿Qué sería de mi marido que está enfermo?”
No se ve capaz de vivir sola o con alguno de sus hijos, ha estado con el marido desde los 16 años: “yo tenía otro pretendiente que me gustaba más pero él me perdió y ya no tuve más remedio que casarme con él”

PROBLEMAS Y NECESIDADES IDENTIFICADAS: 


- Mujer víctima de violencia de género: maltrato psicológico, sexual, social y económico.
Anteriormente también físico
- Escasa o nula autoestima.
- Escaso apoyo familiar.
- Aislamiento social.
- Falta de habilidades sociales
- Dependencia económica
- Dependencia emocional
- Depresión

PLAN DE INTERVENCIÓN:
Objetivos: Acompañarla en el proceso de toma de conciencia de su situación y toma de decisiones.
Aumentar su autoestima mediante su participación en el grupo de habilidades sociales y Centro de
Educación de Adultos. Derivación al Instituto de la Mujer para el tratamiento de la situación de maltrato.
Actuaciones y evolución del caso: Le planteo la necesidad de un abordaje en profundidad del problema y le propongo que acuda al Instituto de la Mujer (IAM) para los grupos de terapia de mujeres maltratadas y cito para nueva entrevista individual. Al marido le dirá que va a un médico especialista al estar el servicio de especialidades relativamente cercano a la sede del Instituto.
Consigue acudir a la entrevista sola y me dice que me dice que no pudo encontrar el IAM y perdió la cita.
Habla abiertamente de sus relaciones: insultos, hablar mal de ella, acusarla de tener “queridos” y de soñar con ellos hablando en voz alta. La “fuerza” sexualmente. Hasta hace algún tiempo maltrato físico y amenazas de agresiones físicas.
Afirma que el Grupo de mujeres y el Centro de adultos le sirvió para “ver la luz” pero que continúa igual. Está dispuesta a volver al IAM.
Vuelvo a derivarla y le doy de nuevo otra cita de seguimiento.
A esta cita no acude y realizo informe para la Fiscalía de Violencia de Género.
 Al mes acude sin cita: Fue al IAM y la han puesto en lista de espera para grupo terapéutico.
Continúa con la autoestima muy baja y las discusiones en casa. Como resultado del informe que se emitió a la Fiscalía, según manifiesta, es que la policía la llama de vez en cuando para ver cómo está.

No aclara si han hablado con el marido.

INTERVENCIÓN: Le refuerzo que acuda a las terapias de grupo y le propongo que participe de nuevo en el siguiente grupo de habilidades sociales.
Al mes siguiente comienza a asistir a un nuevo taller de habilidades sociales, se muestra mucho más animada, participa más, se ríe, etc. Afirma que “no se toma tan a pecho lo que le dice el marido”. Sólo falta a una de las sesiones.
Durante el verano no acude para seguimiento y en septiembre acude a consulta sin cita, estoy en una reunión y salgo un momento para atenderla, viene muy alterada: la Fiscalía los ha citado y dice no saber porqué ni quien les ha informado. Le recuerdo que hice un informe a fiscalía en enero pero que desconozco si se refiere a ese o a otro más reciente que hayan podido hacer del IAM. Le doy cita para esa misma semana para aclarar qué ha pasado. No acude ni a esa cita ni vuelve a pedir cita conmigo.
Me pongo en contacto con el IAM, le habían propuesto participar en los grupos terapéuticos para mujeres víctimas de violencia de género. Me explican que en el mes de abril la Fiscalía pidió información sobre la mujer, pero aún no había empezado a acudir a los grupos. Posteriormente, participa en los grupos terapéuticos desde abril a junio. A finales de junio, el IAM envía certificado de asistencia a los grupos a Fiscalía, desde entonces no ha vuelto.
Hablo con su médico de cabecera: Continúa muy mal de ánimo. Él le ha dicho que “se tiene que separar” y la ha derivado al dispositivo de salud mental.
Tras no acudir a varias citas con salud mental acude a una consulta que realiza el psiquiatra en el propio centro de atención primaria, me avisa y realizamos la entrevista conjunta. Está mucho peor, el psiquiatra la diagnostica: Depresión mayor. Desvalorización. Culpa excesiva. Cansancio.
Dificultad para concentración. Pensamiento recurrente de muerte.
No quiere intervención alguna, no aclara qué pasó en fiscalía, continuará con la medicación.
En seguimientos posteriores llamo por teléfono y se pone el marido, le pregunto cómo está su mujer y le indico que quiero ofrecerle participar de nuevo en el taller, solo contesta que le dará el recado.
Durante los meses siguientes, la mujer no acude a consulta con su médico de cabecera, a petición mía la llama él y habla con ella, le dice que continúa muy mal y “ha descubierto que el marido tiene a otra”.
Actualmente continúa en tratamiento por salud mental por depresión. No ha vuelto a contactar conmigo.



DISCUSIÓN
El caso sirve como ejemplo de dilema ético, donde se plantea a un tiempo el imperativo legal de informar a la Fiscalía del conocimiento de un delito y la importancia de adaptar el trabajo al proceso de toma de conciencia y decisión de la mujer víctima de violencia de género. Este proceso requiere acompasar el tratamiento al ritmo de cambio de la mujer, que en casos muy arraigados puede ser muy lento, por otro lado no podemos inhibirnos de los aspectos jurídicos pues siempre la mujer corre riesgos que hay que evitar.


Como solución a este problema se plantea estrechar los lazos de comunicación y coordinación entre las distintas instituciones que atienden a las víctimas de violencia de género.



FUENTE: http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/4977/Dilemas_eticos_en_casos_de_violencia_de_genero.pdf?sequence=2 


Alejandra Acosta Rengifo