Desde la infancia, hemos vivido entre muros y hemos conocido
la naturaleza por medio de una pantalla o a través de barrotes. Es posible que
esta sea la razón por la que nos hayamos acostumbrado a un escaso contacto con
ella y a que ese contacto sea a través del uso de la misma. Si pensamos en las
veces que hemos estado cerca de algún animal salvaje, la mayoría de las
personas podrían afirmar que son muy pocas y muchas de ellas a través de circos
o zoológicos, por lo que la palabra “salvaje” ya se pondría en cuestión.
Es cierto que podemos encontrar una parte positiva, ya que
los niños pueden aprender muchas cosas acerca de ellos, y estar cerca de los
mismos, pero, ¿Es justificable la tortura de animales para la adquisición de
conocimiento?, asimismo, ¿Es justificable dicha tortura para la diversión y
disfrute de niños y familias?. Es bien sabido, que muchos animales que TRABAJAN
en circos han sido torturados para ofrecer un buen espectáculo y que el hecho
de vivir encerrados, ya es una tortura en sí misma.
El uso de animales, no sólo viene dado por zoológicos o
circos, sino también en muchos otros ámbitos, como las corridas de toros, la
adquisición de trofeos de caza y creación de vestimentas con pieles o la
vivisección. Esta última es realmente impactante (aunque no por ello lo dejen
de ser las citadas anteriormente).
La vivisección es la disección en vivo de animales, una
horrible tortura justificada con fines científicos. ¿Hasta qué punto se puede
considerar positivo que avances científicos hayan ayudado a crear determinadas
curas a través de la tortura animal?. Desde mi punto de vista hasta ninguno. Es
probable que se hubiese tardado más en obtener dicha cura, o en buscar vías
alternativas para conseguirla, pero al menos la conciencia quedaría mucho más
tranquila. Lo más doloroso de todo es que este tipo de uso dado a los animales
no se origina únicamente para la búsqueda de curas o vacunas, sino que una gran
parte de dichas investigaciones por medio de la tortura animal, están
destinadas al estudio de productos adictivos para la puesta en venta en el
mercado, determinar la toxicidad de algunos productos o fines militares, como comprobar
la capacidad de destrucción de armas o
insensibilizar militares matando y torturando animales para que se familiaricen
con este tipo de acciones.
Bajo mi punto de vista, en ningún caso se debería utilizar a
otros seres vivos con tales fines, por muy “buena” que pueda considerarse la
causa por la que se realiza. La falta de sensibilidad acerca de este tema es
un pilar base sobre el que trabajar para cuidarlos a ellos y a nosotros mismos.
Daniel García Pasca 3ºA
No hay comentarios:
Publicar un comentario